Diez Consejos para el Estudiante de Ciencia Política
El jorabado de NotreDame (Carlos Melendez)
http://jorobadonotredame.blogspot.pe/2008/04/diez-consejos-para-el-estudiante-de.html
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Esta semana llegaron a Notre Dame los seleccionados
para la nueva promoción de Ciencia Política – “recruitment weekend”, que le
llaman--. ¿Alguna novedad? Un solo latino (de veinte). ¿Alguna característica
especial? Sí, él fue asistente de la reconocida politóloga venezolana Miriam
Kornblith y trabaja, actualmente, en el PNUD. No es un secreto que yo trabajé
con Martín Tanaka y que además estuve en IDEA antes de dejar el Perú. Parece
haber una constante en los latinos que andamos por acá. Por ejemplo, en mi
cohort, el otro latino (o sea somos 2 de 15 en mi año), es un mexicano que
trabajó en la sección de investigación del IFE y luego en el Banco Mundial. Esa
combinación de investigación y policy-making en temas políticos en organismos
internacionales parece ser un buen combo.
Las buenas universidades gringas hacen de los
procesos de admisión cada vez más competitivos, sobre todo para los que venimos
del Tercer Mundo. Es muy difícil en nuestros países conseguir una experiencia
laboral que te permita cumplir los requerimientos exigidos. Por eso mismo el
promedio de edad del estudiante latino al ingresar al postgrado es mayor (28
años) que el del estudiante con Green Card (23 años, creánlo o no). Además cada
vez más gringos tienen experiencia académica en América Latina. En mi misma
“promoción” hay un gringo de 22 años que trabaja Perú y Bolivia con mucha
solvencia. Los departamentos de ciencia política interesados en América Latina
ya no tienen que buscar sus cuadros al sur de río Grande, sino que hay muchos
en sus narices. Por ejemplo, de los 5 aceptados en política comparada este año,
4 trabajan América Latina, y de éstos, 3 son estadounidenses (el otro es el
venezolano al que hacia referencia).
Luego de casi un año por estos lares, me animo a
escribir algunos tips que pueden resultar útiles para el estudiante que quiere
una carrera académica en la ciencia política (ojo, no es una lista de
recomendaciones para aplicar a estas universidades, de eso escribiré más
adelante). Esto va sobre todo para los que todavía están en las aulas, para los
que se preguntan si la ciencia política interesa en el Perú y tienen la
ambición de salir afuera. Ahora, si quieres ser Intelectual de ONG,
simplemente no lo leas.
1. Lee, mierda. Sí, a lo Beto
Ortiz. Lee, carajo. ¿Qué haces sentado todo el día en las escaleras quejándote
del profesor y del jefe de prácticas? Lee y no me vengas con que es mucho.
Mucho te va a pesar cuando no consigas chamba ni en la ONG de tu tío. Comienza
por Sartori (un grande! ver foto) y los conceptos básicos, por
el abc. ¿Sabes qué es un partido político? Lee. ¿Qué es un sistema político?
Lee. ¿Qué es representación política? Jalado. No me digas lo que se te ocurre o
lo que le oíste a tu viejo en el desayuno, sino por lo menos lo que dice David
Held en sus modelos de democracia (mapa básico, tu Coquito). Mucho “talenteo”,
estimado. El floro que le metes a tu profe de turno en realidad es tu
jaraquiri. No te engañes. Suena bonito, hablas bonito (ya, también eres linda),
pero no puedes ni siquiera citar ideas fuerza de cuatro clásicos de la ciencia
política. Si no lees, fuiste!
2. Chapa tu Baldor. No le tengas
miedo a los números. No comen. Además agilizan la mente. Chapa tu Baldor.
Adóptalo como mascota. Ponle una pita y sácalo todas las tardes al parque. Deja
de perder el tiempo en el Power Point (ya, se ven bonitas tus exposiciones, con
dibujitos y todo, pero ni una idea interesante) y métete al SPSS. Miles de
bases de datos están disponibles on-line para que te adiestres (A ver, no sé
pues, se me ocurre el World Values Survey, para comenzar). Plantea hipótesis
–sin sentido, qué importa—y cruza tus variables. ¿No sabes qué es una variable
dependiente e independiente? Fuiste. Empieza por el sudoku, que chucha.
3. No seas Yungay. Habla
cualquier otro idioma. De preferencia en inglés, ya que mucho de la literatura
de ciencia política está en ese idioma. (Si quieres ir a Francia, vete no más).
Toma tus clases en cualquier lugar. Hasta Academia de Inglés Ben Affleck vale,
no importa. Pero practícalo, escúchalo, leélo. Lee textos académicos para que
te vayas acostumbrando. No basta con que chequees el New York Times on-line (si
es que lo haces). Hasta las canciones de Britney suman.
4. No leas a tus profes. En el Perú
casi nadie investiga (no hay recursos, pero tampoco hay muchas ganas). Lo que
nuestros profes publican (hay excepciones) son columnas de opinión (unas más
largas que otras) o comentarios de las encuestitas de turno. Si crees que con
leer Le Monde o Quehacer estás “in”, fuiste también. Los “grandes debates en
Lima” deben ser parte de tus lecturas de hobbie, no tu “main focus”. Un
ejemplo: miles de mesas, simposios, seminarios (con solo floro, ni siquiera una
investigación sensata) sobre “¿Por qué se dividió la izquierda?”. ¿Eso es
ciencia política?. No mames. Eso es un Magaly Tv Académico no más. Sirve para
el chisme, para cagarte de risa imaginándote al gordito de tu profe
computándose guerrillero. ¿Te sirve de algo? Eso déjalo a los historiadores o
las obsesiones de Aldo Mariátegui.
5. Sal de tu casa. ¿Tienes calle? No
basta con conocer el Boulevard de Los Olivos (que sólo existe en tu
imaginación, porque tu amigo marrón nunca te llevó). ¿Tienes cerro? No basta
con tu paseíto a Lunahuaná ni ser miembro de Aire Puro. Viaja. Haz turismo
político interno. ¿Conoces a algún político de carne y hueso? (No pues,
nuevamente, tu tía no vale, además no sacó más del 1%). Un político de verdad,
esos que no salen ante las cámaras, esos operadores políticos locales, los que
te llenan un mitin, los que andan alrededor de las oficinas de los congresistas
con sus fólderes manila, esos ayayeros de un solo terno son los que tienes que
conocer, los que tienes que entrevistar. Conversando con ellos con tu chela de
por medio (adiós a la metodología) resumes toda la teoría política de cuatro
siglos. Imagínate eso ahora a la enésima potencia en alguna ciudad o pueblo del
“interior del país”. Y te llenas la boca hablando de Hernán Fuentes que apenas
lo conoces por El Comercio o por la Chichi!. Lean el Altiplano Político,
siquiera (Que tal, cherry, Torres!)
6. No hagas política, no hagas
voluntariado (pero visita el local del Apra). Mayo del 2007,
clase de introducción a la ciencia política en la PUCP. Letras. Chicos,
quiénes de ustedes han sido voluntarios de Transparencia? 15 de 50
levantan la mano. Chicos, quiénes estudian ciencia política porque se
imaginan haciendo política? 15 de 50 levantan la mano. Chicos,
quiénes conocen el local del Apra? Nadie. Subo un punto en el parcial
al que me diga donde queda? Cero balas. Una vergüenza. El voluntariado te llena
el alma, seguro; y en el CF alucinas que eres líder político (te la creíste esa
que Roncagliolo fue el primer secretario de la FEPUC), pero no te alucines
mucho con tu chaleco azul o con tu polo de llenador de techo. Anda un día al
local del Apra (te diría de cualquier otro partido, pero no existen), y
hablamos….ok?
7. Lee lo que tus profes no quisieron
que leyeras. 7.1. No leas sólo a “los rojos”, sino también a los de la derecha. Las
lecturas en la facultad de sociales de la PUC tienen un bias, salvo escasas
excepciones. Las clases vienen siendo ahora más plurales, pero igual, lee a los
que están en ambos lado de la orilla, a los críticos, a los que joden, a los
que serían despreciables para tus profes, y siempre buscando un amplio margen:
incluye economía, administración de empresas (Harvard Business Review), no sólo
la Revista Andina (la conoces siquiera?, estás cagao). 7.2. No
leas separatas de S/.1.50, lee libros enteros. ¿Hace cuánto que no sacas un
libro de la biblioteca? Antes, todos éramos amigos de Víctor Hugo, el
bibliotecario; ahora todos son amigos de la chica de la fotocopiadora. Solo te
quedas en la fotocopiadora y no sabes de lo que va el libro entero. Te quedas
sólo en la introducción y te pierdes el resto. Es como ir al tono y no bailar,
como comprar una caja de chelas y tomar solo un vaso. Es cómo si con la chica
sólo….ya tú sabes.
8. No aceptes trabajo de tu tío
sociólogo. ¿Buscas chamba? Está dura la calle, no? Sí pues, la desesperación te
puede llevar a la ONG de tu tío, pero ahí tendrás 3 opciones: cortar
periódicos, ser promotor social o hacer proyectos. Pero busca bien y con un
poco de paciencia: hay concursos de investigación, becas para hacer la tesis,
etc. La lógica de la ONG puede ser anti-académica en muchos casos, mucho
activismo o burocracia no-gubernamental (pero burocracia al fin al cabo).
Agarra un tema de investigación, algo que te apasione y de ahí en tus ganas de
trabajarlo, el tema solito te llevará a las opciones y a los recursos para la
investigación, ya sea que le interese a algún profe o que se habrá algún
concurso (CIES, CLACSO, etc). Una pastillita para el alma.
9. No escribas. A ver, ¿de verdad
crees que tienes algo sensato qué decir? O sea, ¿de verdad crees que tu idea es
original? Quien chicha eres para poner tu nombre como dizque autor de cualquier
garabato. Esto no es literatura, estimados. Acá no se publican ni cuentitos ni
versitos para juegos florales. Si realmente quieres escribir algo, primero
busca datos. Datitos, evidencia…las pruebas, mi estimado. No sigas el mal
ejemplo de los intelectuales de ONG ni de los evangelios de
moda. Primero busca tus datos, numeritos (están por todas partes, en serio). Y
recién cuando tengas tus cuadros de doble entrada, hablamos, ok?
10. No estudies
ciencia política. Si no estás dispuesto a seguir los puntos
anteriores, mejor no estudies ciencia política. Say no more.